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El fiscal general del Estado federado de Hesse Fritz Bauer

La lucha por la justicia

Cuando Fritz Bauer abandonó su función de fiscal general en el Oberlandesgericht (OLG: Tribunal Regional Superior) de Braunschweig para convertirse en fiscal general del Estado federado de Hesse, empezó una nueva fase en la persecución penal de los criminales nacionalsocialistas en la República Federal de Alemania.

Con el nombramiento de Fritz Bauer en 1956, el Primer Ministro de Hesse, Georg August Zinn, logró situar en Fráncfort uno de los fiscales más competentes de la joven República Federal. Nacido en 1903 en Stuttgart, Bauer estudió derecho y economía. Después de su doctorado en 1927, eligió la carrera de juez y, ya en 1930 fue designado juez de primera instancia en su ciudad natal, entonces el más joven juez en la República de Weimar. Fritz Bauer se comprometió intensamente también en el ámbito político: en el SPD (partido socialdemócrata alemán), en la organización socialdemócrata, el Reichsbanner Schwarz-Rot-Gold, y en el Republikanischer Richterbund (Asociación de jueces republicanos). Después de la toma del poder de los nacionalsocialistas, los nuevos gobernantes no sólo despidieron a Fritz Bauer de su función de juez, sino también le detuvieron algunos meses en el campo de concentración de Heuberg. En 1936, Bauer emigró a Dinamarca, donde en 1943 pudo apenas escapar a una deportación inminente, huyendo a Suecia.

Fotografía: Fritz Bauer con su hermana Margot
Fritz Bauer con su hermana Margot, tres años más joven, en la época de la Primera Guerra Mundial

Ya antes de la derrota del nacionalsocialismo, Fritz Bauer empezó a dedicarse a la persecución penal de los criminales nazi, lo que resultó ser el tema central de su vida. Durante su exilio en Suecia, Bauer reflexionó sobre la cuestión de cómo se podrían sancionar a los actos criminales del nacionalsocialismo bajo las normas del Estado de derecho y, en 1944, publicó sus ideas visionarias en el libro Kriegsverbrecher vor Gericht. Teniendo la intención de participar en la construcción de un sistema jurídico democrático en la joven República Federal, Fritz Bauer regresó en 1949 a Alemania. Al principio, fue nombrado director del Landgericht (Tribunal Regional) en Braunschweig, luego, en 1950, llegó a ser fiscal general en el Tribunal Regional Superior de Braunschweig. En 1952, Fritz Bauer dio una señal clara de los principios jurídicos que defendía siendo fiscal en el proceso contra Otto Ernst Remer, quien había participado en gran medida en la represión después del intento de atentado del 20 de julio de 1944 contra Hitler y continuó difamando públicamente a los combatientes de la resistencia como "traidores a su país" después de 1945. A estos principios pertenecía la idea básica que Bauer defendía con éxito de que el Estado nacionalsocialista no era un Rechtsstaat (Estado de derecho), sino un Unrechtsstaat (Estado de no-derecho) criminal.

Conocer y dar a conocer la verdad histórica

Fritz Bauer

Con su llegada a Fráncfort, Fritz Bauer recibió los recursos de personal necesario para impulsar investigaciones penales a gran escala por delitos violentos nacionalsocialistas. Enseguida impulsó la búsqueda de autores principales nazi huidos o desaparecidos: Adolf Eichmann, quien en su función de SS-Obersturmbannführer (Líder de Unidad de Asalto Senior de las SS) era responsable de la deportación de millones de judíos hacia los campos de exterminio, Josef Mengele, el médico de mala fama de Auschwitz y Martin Bormann, "secretario del Führer". Con incansable esfuerzo consiguió en 1959 que el juicio de Auschwitz tuviese lugar en Fráncfort. De este modo puso en marcha un proceso que tiene repercusiones jurídicas, y también sociales, hasta el día de hoy. Durante su mandato como fiscal general del Estado federado de Hesse, Fritz Bauer no solo abrió los ojos de la sociedad de la Alemania occidental y le hizo ver los terribles crímenes del nacionalsocialismo cometidos en el marco del genocidio de los judíos europeos. Fritz Bauer también inició sumarios y acciones penales contra autores de alto rango en la eutanasia nazi y contra juristas nacionalsocialistas, que tuvieron, sin embargo, un éxito limitado.

A más tardar con el inesperado fallecimiento de Fritz Bauer en la noche del 30 de junio al primer de julio de 1968, estos procedimientos quedaron en agua de borrajas. En un entorno que le trataba muchas veces con rechazo y hostilidad, Bauer, como fiscal persiguiendo criminales nazis, tenía solamente un limitado éxito. A largo plazo el legado de Bauer es, sobre todo, haber impulsado dentro de la sociedad alemana la discusión pública y el análisis sobre el Holocausto, singular en la historia, y el reconocimiento del sufrimiento de las víctimas – mérito por el que goza de gran admiración en la actualidad.