El 20 de diciembre de 1963 empezó el primer Proceso de Auschwitz en el ayuntamiento de Fráncfort, el Römer, – iniciado no por investigaciones sistemáticas sino por la denuncia penal de una persona particular durante la primavera de 1958 contra unos de los más tarde acusados, el SS-Oberscharführer (sargento mayor) Wilhelm Boger.
Siendo competente, al principio la fiscalía pública de Stuttgart llevó a cabo las investigaciones, posteriormente, a partir de diciembre del mismo año, también la Oficina central en Ludwigsburg. En enero de 1959, el fiscal general de Fráncfort, Fritz Bauer, recibió documentos auténticos que probaban homicidios deliberados de prisioneros de Auschwitz por hombres de la SS. Inmediatamente, él también empezó a investigar. Bauer, quien siendo judío y socialdemócrata había sido él mismo perseguido por el régimen nazi, solicitó en primavera de 1959 al Bundesgerichtshof (Tribunal Supremo Federal) en Karlsruhe que transfiera la competencia jurídica respecto a todos los crímenes cometidos en Auschwitz al Tribunal Regional de Fráncfort. En el marco de la concentración de estos procedimientos, Fritz Bauer nombró a un grupo de fiscales altamente motivados y comprometidos bajo la dirección de Hanns Großmann, quienes no habían estado implicados en los crímenes nazi: Georg Friedrich Vogel, Joachim Kügler y Gerhard Wiese.